
Adriana Vasquez, alumna de octavo, posa en el campus de la escuela de Santa María en Sherman, el 12 de enero.
No saber inglés no fue un tropiezo, sino la mejor razón para que Adriana Vasquez llegara a ser la mejor de su clase.
Por Constanza Morales
Revista Católica Dallas
SHERMAN—En agosto de 2020, Adriana Vasquez se despidió de los amigos con los que creció en Perú y abrazó a sus abuelos maternos por última vez. La jovencita venía a vivir en Estados Unidos con sus padres y hermano, luego de recibir la residencia permanente por petición de su abuela paterna.
No dominaba el inglés y entonces pasó a ser una niña tímida que escribía en un cuaderno frases que escuchaba y no descifraba, pasaba tardes en tutoría de lectura y consultaba su diccionario de inglés-español a diario.
Nada de eso le impidió llegar alto. Vasquez es hoy una de las mejores alumnas de octavo grado en la escuela católica de Santa María en Sherman.
En el plantel, localizado a unas 60 millas al norte de Dallas, alrededor del 30 por ciento de los alumnos son de origen hispano, principalmente oriundos de México y Centroamérica.
El director, Daniel Ledbetter, recuerda con orgullo la promesa que le hizo Vasquez cuando se entrevistó buscando un cupo.
“Me dijo que haría todo lo que tuviera que hacer para aprender inglés y dar buen rendimiento”, recordó. “Ha superado con creces ese compromiso”, dijo, al tiempo que alabó sus valores cristianos.
“Ha demostrado que sí tienes ética de trabajo y tratas a la gente como Cristo lo haría, realmente no hay límites a la cantidad de éxito que puedas alcanzar”.
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