
El obispo auxiliar de Dallas, Greg Kelly (centro) concelebró la Misa de vigilia de la Fiesta a Nuestra Señora de Guadalupe, el 11 de diciembre, en la Catedral de Dallas. Foto: Especial para RC/Ben Torres
Hubo lleno total en la vigilia guadalupana en el templo mayor de Dallas.
Por Violeta Rocha
Especial para Revista Católica Dallas
DALLAS—El fervor Guadalupano llegó puntualmente anoche a la vigilia de la fiesta de la Virgen Morena en la Catedral Santuario de Guadalupe, llenando el centro de Dallas con danzas, ramos de flores e imágenes de la Patrona de las Américas.
Las imágenes vistas fueron motivo de alegría y contraste con lo vivido en 2020, cuando a raíz de la pandemia causada por el Covid19, la celebración se trasladó al ámbito virtual.
Danzas de matachines locales, grupos de jóvenes, niños vestidos de San Juan Diego e infinidad de flores, adornaron adentro y afuera el templo madre de la Diócesis de Dallas, donde cerca del 60% de la feligresía católica es de origen hispano.
A las 6:30 p.m. sucedió la clausura de la novena y se dio paso a la serenata con Mariachi, banda y baladas. A las 10 p.m. una Catedral abarrotada de fieles, escuchó la Misa concelebrada por el obispo auxiliar de Dallas, Greg Kelly, el padre Jesús Belmontes, rector de la Catedral y el padre Delfin Condori, vicario parroquial.
Hace 490 años la imagen de la Virgen de Guadalupe apareció plasmada en la tilma del indígena Juan Diego que había comunicado al obispo Juan de Zumárraga, dos previas apariciones de la madre divina y en esa tercera oportunidad, llevaba en su tilma un manojo de rosas frescas que la Virgen hizo brotar en pleno invierno.
A la Catedral de Dallas como a la Basílica de Ciudad de México, llegaron anoche decenas de católicos para agradecerle a la Virgen Morena su protección e intercesión.
Previo al inicio de la Misa, el obispo Edward J. Burns bendijo a la feligresía y continuó dando la bienvenida en la puerta, a todas las familias que se acercaron anoche a la vigilia.
En su homilía, el padre Belmontes dijo que como pueblo migrante llegamos encomendados a la santísima Virgen, por aquellos que se quedan atrás en nuestros países pidiendo a “La Morenita” que su ser querido llegue con bien.
“Por eso este tercer domingo de Adviento, es uno de gozo, pero también donde nos ubiquemos para saber vivir la vida desde la gratitud, saber esperar con María, a aquel que se acerca con su nacimiento y que nos va a traer la salvación. Es saber aprovechar estos instantes para acercarnos los unos a los otros”, dijo.
“Hoy es un día de felicidad”, agregó sobre el aniversario 490 de la aparición de María de Guadalupe en la tilma de San Juan Diego. El sacerdote, de origen mexicano, invitó a los fieles a “ ser la casa donde el corazón le da calor a aquel que vive en frío, con hambre y es pobre; aquel que está triste y solo; aquel ha perdido un ser querido en medio de esta pandemia”.
Lo más importante de celebrar y felicitar a nuestra Virgen de Guadalupe, dijo el padre Belmontes, es que “llevarnos aquel mensaje que la niña del cielo nos esta pidiendo”. Para que hoy en el día de la Virgen de Guadalupe “podamos ser voz de esperanza y consuelo para aquellos que viven injusticias”.
El día de la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, las parroquias a lo largo de la Diócesis de Dallas ofrecieron serenata con Mañanitas cantadas al alba y Misas en español que contaron con la presentación de danzas de matachines locales.
En la parroquia de Santa Ana, en Coppell, el domingo 12 de diciembre, el obispo Edward J. Burns celebró Misa y firmó el decreto con el que se inauguró el proceso sinodal diocesano. El evento fue seguido por un festival parroquial en el que el grupo de jóvenes representó las apariciones de la Virgen Morena en inglés y en español.