
Natalia Kaywood, danza con el Ballet Folklórico de la escuela Bishop Lynch, el 31 de octubre. Los creadores del grupo buscan ofrecer una mirada a la danza típica mexicana para toda la comunidad escolar.
La llegada del Ballet Folklórico a Bishop Lynch, abre puertas para el aprendizaje cultural y la expresión a través de la danza.
REVISTA CATÓLICA DALLAS
Fotos: Especial para RC/Ben Torres
Durante 12 años Jazmín Medina, bailó fuera de su escuela danzas típicas mexicanas. Este año, la joven decidió promover la experiencia al interior de la escuela Bishop Lynch donde cursa el grado 12.
Así se gestó el Ballet Folklórico de Bishop Lynch, cuyo debut se dio el pasado 31 de octubre en la celebración del Día de Muertos.
“Tener un club como este abre las puertas y educa a la gente que nunca ha escuchado sobre la danza tradicional mexicana”, dijo Medina, de 17 años.
“A través de la danza conectas con los demás”, agregó. “También es una buena manera de representarnos a nosotros los hispanos”.
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