
FOTOS ESPECIAL PARA RC/BEN TORRES
Para las mujeres del ministerio del rosario en Santa Ana, esta devoción no tiene distingo de lengua ni origen. El grupo recibe con los brazos abiertos a todas las personas que quieran participar, aunque no recen en inglés.
Durante más de 15 años, feligresas de Santa Ana se han unido en torno a la devoción del santo rosario.
REVISTA CATÓLICA DALLAS
De lunes a sábado después de la primera Misa de la mañana y cuando apenas despuntan los primeros rayos de sol, se escucha siempre un coro de voces femeninas que rezan el santo rosario en la capilla de San Kilian en la Iglesia de Santa Ana en Coppell.
Son alrededor de siete mujeres que llevan rezando esta devoción mariana desde hace cerca de 15 años.
Aunque cada una lleva una intención diferente al ofrecer el rosario, todas están unidas por la fraternidad de una practica que reconocen, floreció, gracias a su participación en la Misa diaria.
“Cuando me retiré y pude quedarme más tiempo después de la Misa diaria, descubrí la gracia de rezar el santo rosario”, dijo Pat Gruninger, feligresa de Santa Ana desde hace 23 años.
“Una de las imágenes más bellas que viene a mi mente al rezar es la santísima Virgen sonriéndonos y rezando junto a nosotras”, agregó.
Gruninger es una de las veteranas del grupo; a lo largo de los años la participación ha variado, pues muchas mujeres interrumpen su participación porque se mudan del área o cambian de horario de trabajo.
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