
Memo Gonzalez pintó elementos relacionados con Santa Cecilia como patrona de las artes, en el mural de la calle Mary Cliff. Foto Especial para RC/Ben Torres
Para el artista es un regalo de amor. Para la comunidad un motivo de orgullo. Para los estudiantes, una lección de cristiandad.
REVISTA CATÓLICA DALLAS
Cuando en pocas semanas se abran las puertas de la escuela primaria de Santa Cecilia, estudiantes, padres y maestros recibirán una cálida bienvenida en forma de arte.
Sobre la calle Mary Cliff y bordeando el parque infantil en su fachada externa, se aprecia un mural de fondo verde que lleva en el centro una cruz con destellos luminosos. Acompañan el diseño un pentagrama en amarillo, una lira y el distintivo bulldog, que es la mascota de este plantel localizado en Oak Cliff.
La obra ha sido llamada “un regalo providencial” para esta escuela que educa principalmente a estudiantes hispanos y que para este ciclo escolar tiene una matrícula de 160 alumnos.
DIOS CENTRO Y GUÍA
“Fue un momento de Dios”, recordó Lydia Torrez, directora de Santa Cecilia, acerca del día en que Guillermo Escalante que se identifica con el seudónimo artístico de Memo Gonzalez, llegó a su oficina para enseñarle bosquejos del mural que quería pintar, ofreciendo su talento, tiempo y materiales sin costo alguno.
“Mi deseo era darle un regalo a la iglesia”, expresó Gonzalez que ha sido feligrés de la parroquia de Santa Cecilia por 25 años.
“Pensé que mis dibujos les podían gustar y que podía ofrecer mi trabajo para toda la comunidad”, agregó.
Durante meses la junta escolar había estado buscando sin éxito un artista local que pudiera decorar la pared por un presupuesto modesto.
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