
Pedro Vargas, (Izq) Elsadi Bonilla y su hijo Giovanni Vargas, posan el 24 de junio con el tren de madera que construyeron para la Escuela Bíblica Vacacional (VBS). Foto Especial para RC/Ben Torres
El invento de un matrimonio boricua permitió a su parroquia crear una experiencia única de catequesis vacacional.
REVISTA CATÓLICA DALLAS
Durante varias tardes después de su trabajo, Pedro Vargas se dedicó a darle vida al que ha sido el proyecto más especial que ha construido como ingeniero civil: un tren de madera de 6 pies de alto, 12 de largo y 3 de ancho.
Diseñado y armado en apenas seis semanas y en la marquesina de su casa, con ayuda de su esposa e hijo adolescente, el tren tuvo un significado muy especial para Vargas que nació en Puerto Rico, porque como él mismo explicó “fue hecho para Dios”.
La pieza, hecha completamente en madera, fue el elemento central de la decoración que se utilizó para la primera Escuela Bíblica de Vacaciones (VBS) en español, que este año realizó la Iglesia de Santa Ana en Coppell, donde los Vargas son feligreses desde hace seis años.
El programa se basó en un currículo bíblico adquirido por la parroquia, conocido en inglés como Rocky Railway. Un total de 110 niños de kindergarten a quinto grado se inscribieron en el modulo en español.
Inspirándose en paisajes rocosos y a partir de un modelo de trabajo con diferentes estaciones de tren, el programa estuvo orientado a educar a los participantes a depositar la confianza en Jesús para poder superar los altibajos de la vida cotidiana.
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