
Ana Santos (izq), y Claudia Silva posan entre los escritorios con el retrato de sus alumnos de catecismo, en la parroquia de Nuestra Señora de Lourdes, el 21 de marzo. Ben Torres/Especial para Revista Catolica Dallas
A un año de la pandemia, catequistas celebran seguir sembrando la semilla de la fe.
Por Violeta Rocha
Especial para Revista Católica Dallas
DALLAS—Aunque el salón siempre está vacío, Ana Santos y Claudia Silva llegan todos los domingos dispuestas a ‘encontrarse’ con sus 18 alumnos de catecismo en la Iglesia de Nuestra Señora de Lourdes.
Rodeadas de sillas vacías en cuyo espaldar se ven las fotos de cada uno de los alumnos, Santos y Silva revisan los materiales de la clase, manteniéndose alerta en caso de que reciban una videollamada.
“Queríamos que los niños aun desde sus casas vieran cómo es el aula y cómo sería si estuviéramos todos juntos”, explicó Santos.
Por la imposibilidad de garantizar la distancia social en los salones de clase, los niños de cuarto y quinto grado, reciben su preparación en casa con el apoyo de sus padres y se conectan con las catequistas para aclarar dudas y preguntas.
Alicia Contreras, directora de formación de fe en Nuestra Señora de Lourdes, explicó que este año hay 350 niños registrados en el catecismo; antes de la pandemia recibían hasta 700 y cada clase tenían 20 estudiantes.
“Estábamos muy cómodas en nuestro salón, pero llegó la pandemia y nos tocó aprender a usar la tecnología”, dijo Santos que ha sido catequista por mas de tres décadas. “Ahora en vez de pegar una calcomanía de ‘buen trabajo’ en sus cuadernos, les envío una virtual”, explicó.
Las catequistas usan aplicaciones como WhatsApp, preparan un repaso semanal y graban videos con el resumen del Evangelio.
Su creatividad ha sido alabada por padres y alumnos.
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