
José Coronado recolecta las donaciones de los asistentes a la Misa de las 8 a.m. el 4 de octubre en la Catedral de Guadalupe en Dallas. (Ben Torres)
Por Violeta Rocha
Especial Revista Católica
DALLAS—Viendo las dificultades financieras que enfrenta su parroquia a consecuencia de la pandemia causada por el Covid19, Janie Arredondo supo en su corazón que era “tiempo de actuar”.
Esta fiel devota de la Virgen de Guadalupe lleva 15 años sirviendo en un ministerio dedicado precisamente a celebrar en la Catedral de Dallas, la devoción a la Patrona de las Américas: Las Guadalupanas.
Arredondo—de raíces mexicanas— es la actual presidenta del ministerio que agrupa a unas 40 mujeres mayores, motivadas todas en el servicio al templo madre de la Diócesis de Dallas.
Las Guadulapanas son parte de la organización anual del 12 de diciembre, Fiesta de la Virgen Morena y un sinnúmero de actividades más, entre las cuales figura el apoyo a las vocaciones religiosas del seminario diocesano Holy Trinity.
El ministerio recoge buena parte de sus fondos vendiendo comida típica mexicana en las cocinas dominicales que organiza la Catedral, además de ventas y rifas de objetos religiosos.
FRAGILIDAD ECONÓMICA
A principios del otoño y con el impacto de la pandemia haciendo estragos en las finanzas parroquiales, Las Guadalupanas escucharon el grito de auxilio de su iglesia y decidieron actuar.
El ministerio donó en septiembre $5,000 para ayudar a la Catedral a recibir un apoyo económico que le permita cubrir múltiples gastos que antes de la pandemia lograba pagar con los fondos recolectados en las Misas.
Aunque la Diócesis de Dallas se encuentra desde mediados de junio en la etapa 3 de reapertura y las iglesias pueden celebrar Misa semanal y dominical, la restricción del 50% de capacidad, la pérdida de empleo en las familias y la fragilidad médica de algunos fieles, ha golpeado fuertemente la asistencia y en consecuencia las donaciones que se recogían en Misa.
Ante ese difícil panorama Las Guadalupanas decidieron ayudar.
“En estos momentos tan tristes de pandemia, donde todas las parroquias están tan necesitadas, decidimos no esperar y aportar nuestro granito de arena”, explicó Alice Hernández que está por cumplir cinco décadas como Guadalupana de la Catedral.
“Vemos que muy poca gente va a la Iglesia y la cocina está cerrada”, describió Arredondo sobre la situación actual.
“Se necesita pagar sueldos, luz, mantenimiento y no alcanza”, agregó. “Somos una comunidad fraterna que tiene el ejemplo de la Virgen de Guadalupe que nos dice: ‘¿qué no estoy yo aquí, que soy tu madre?”, recalcó.
NUESTRA MAYOR RIQUEZA
Como Las Guadalupanas, el ministerio de Servidores de Jesús, también acudió a auxiliar a su parroquia, donando $4,700 de los fondos que tenía ahorrados para sus actividades anuales.
Con cerca de 15 años sirviendo durante la Misa de los sábados a las 7:00 p.m en la Catedral de Guadalupe, Los Servidores de Jesús, ayudan como ministros de hospitalidad, ministros Extraordinarios de Eucaristía, proclamadores de la Palabra y servidores de altar.
El ministerio está integrado por unas 20 familias, en su mayoría de origen hispano.
“Haya dinero o no, los pagos de la parroquia no se detienen”, dijo Alberto García, miembro del equipo coordinador.
“Así como nosotros lo vivimos en nuestras familias, también nuestras parroquias se han visto afectadas. Los templos estuvieron cerrados mucho tiempo y la mayoría de las personas están pasando un tiempo difícil, por lo que las donaciones no están ahí”.
Sandra Cortinas, directora administrativa en la Catedral, explicó que junto al hecho de que la cocina ha estado cerrada y en consecuencia el 50% de esa recaudación se ha eliminado, otros eventos que adicionan fuentes de ingreso se han pospuesto a raíz de la pandemia.
Entre esos mencionó el carnaval de otoño, los Bingo Brunches, que se realizan en primavera y otoño, además de la venta de garaje que recauda alrededor de 10 mil dólares anuales.
Cortinas dijo que gracias a las donaciones en línea que aumentaron 35 por ciento durante la pandemia y el generoso aporte de Las Guadalupanas y los Servidores de Jesús, la Catedral ha podido “sobrellevar estos tiempos difíciles”.
El rector de la Catedral, el reverendo Stephen Bierschenk se declaró “conmovido” por la donación de los dos ministerios y recalcó que “que estos grupos no tienen ese dinero de sobra, sino que lo ganaron con su arduo trabajo y dedicación”.
Para el párroco el ejemplo de estos ministerios es “inspirador” y también lo es el de aquellos fieles que aunque no puedan aportar económicamente, ofrecen su esfuerzo y tiempo para dar una mano a su parroquia, especialmente en momentos en que escasean los fondos para sacar adelante tareas indispensables.
“Nuestra riqueza está en todas las personas que tienen un corazón de servicio, que quieren ayudar y buscar caminos para involucrarse en la comunidad”, concluyó.
Violeta Rocha es colaboradora freelance de Revista Católica Dallas.