
La posibilidad de trabajar que ofrece DACA, ha permitido a sus beneficiarios pagarse la escuela, realizar estudios de educación superior y acceder a servicios de seguro médico a través de sus empleadores.
El gobierno de Trump debe renunciar al intento de acabar con DACA o proporcionar una justificación mas sólida para revocarlo.
Por Violeta Rocha
Especial para Revista Católica Dallas
DALLAS—Fueron dos largos años en los que Lissette Moreno, sintió muchas veces que flaqueaba. La joven de 36 años que sirve como presidenta de la conferencia de San Vicente de Paul en la Catedral de Guadalupe y es co-fundadora del Ministerio de Paz y Justicia en esa iglesia de Dallas, tuvo la esperanza pendiendo de un hilo hasta el pasado 18 de junio.
Ese día el tribunal supremo dictaminó que el proceso del Departamento de Seguridad Nacional por poner fin al programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés) era ilegal.
El fallo solo dictaminó si el gobierno había actuado de acuerdo con la ley al tratar de revocar DACA. Eso significa que la Casa Blanca puede volver a intentarlo.
Moreno es una de 700,000 jóvenes que califican para el programa, cuyo amparo los protege de la deportación y les permite trabajar.
“Dios no nos va abandonar”, dijo la joven devota del santo rosario y titulada en administración de empresas internacionales y diseño de modas.
La decisión de la corte no sólo significa para ella poder conservar su licencia como agente de bienes raíces, sino garantizar que sus padres sobrevivan en esta pandemia.
“Soy cabeza de familia”, contó. “Mi Papá perdió su trabajo desde febrero y mi mamá está discapacitada luego de sufrir su segundo derrame cerebral”.
NUEVAS OPORTUNIDADES
DACA fue establecido por el presidente Barack Obama con una orden ejecutiva en el año 2012, para permitir que los jóvenes ingresados ilegalmente en el país como menores por sus padres, se queden en EU.
El fallo de la Corte Suprema regresa DACA al estado en que estaba en 2018, lo que significa que los beneficiarios tienen acceso nuevamente a diversas oportunidades.
Algunos podrán aplicar al amparo por primera vez y otros renovarlo.
Marlene Ledesma, coordinadora de Ministerio de Niños en la Iglesia de Santa Ana en Coppell, dijo que el fallo definitivamente le trajo “paz y tranquilidad”.
Oriunda de Guadalajara, México, Ledesma contó que no pudo solicitar un permiso humanitario como antes era posible para los receptores de DACA, cuando murió su abuelo en 2019. “Son cosas que te quedan marcadas en el corazón”, dijo, pero agregó que la decisión significa celebrar más allá de las historias personales.
“Me alegra más que la esperanza también llega para jóvenes trabajadores que conozco y que por la detención del gobierno ya no pudieron aplicar y vieron cómo se les cerraron las puertas”.
Uno de esos jóvenes es Ángel Vanegas que se quedó por fuera en 2017, cuando Trump anunció el desmantelamiento del programa.
Vanegas de 18 años, pertenece a la Iglesia de San Lucas en Irving y es uno de tres hermanos para los que DACA significa todo.
“Para mí la decisión de la Corte es como un logro familiar”, dijo el joven que ha servido como asistente del catecismo en su parroquia. “He sentido el gran apoyo de mis padres y hermanos, y siento que vamos adelante dando pasos cortos para llegar a la ciudadanía”.
El mayor de sus hermanos, Erick, dijo que “nos queda seguir esperando y rezando como siempre”. A él la decisión del 18 de junio le permitirá continuar sus estudios universitarios de medicina técnica. “Esto no acaba aquí, seguimos luchando”, concluyó.
Con información de CNS.