
La hermana María de los Ángeles, SSVM, limpia el salón de sexto grado de la escuela de San Bernardo de Claraval, el 22 de julio.
Por Violeta Rocha
Especial Revisa Católica
DALLAS — En una tarde reciente de julio, la hermana María de los Ángeles, se dedicó a preparar la que será su nueva aula de clases en la escuela católica de San Bernardo de Claraval.
A partir del 17 de agosto la religiosa dictará estudios sociales y religión a los estudiantes de sexto, séptimo y octavo.
Su compañera, la Madre Servidora de la Cruz, impartirá clases a los niños de primer grado elemental.
Aunque faltaban poco más de tres semanas para el regreso a clases, la del 22 de julio fue una mañana intensa removiendo afiches, limpiando pizarras y desocupando escritorios.
En las paredes limpias del salón de sexto grado, resaltaba una imagen de la Virgen de Guadalupe.
“Para nosotras lo más importante es poder ayudar a los niños en su camino al cielo”, comentó la hermana María de los Ángeles. “Fortalecer el amor a Dios y a su prójimo”, agregó.
Originaria de Mendoza, Argentina, la religiosa pertenece a la comunidad Servidoras del Señor y la Virgen de Matará (SSVM), fundada hace tres décadas en el país austral y con presencia en 10 estados del país.
UNA SOLA IGLESIA
El párroco de la iglesia hermana, el padre Gastón Giacinti, pertenece al Instituto del Verbo Encarnado (IVE), parte de la misma familia religiosa de la comunidad SSVM.
“Estamos felices de estar acá”, reiteró la religiosa sobre su llegada la a escuela, el pasado 1 de julio, junto a la Madre Servidora de la Cruz.
“Hay un gran ambiente familiar en la comunidad”, destacó. “Como latina llegar a San Bernardo significa más diversidad. Aquí no hay barreras simplemente todos somos católicos. Lo que se comparte es la fe. Somos una Iglesia, una sola Iglesia”.
Ver a las hermanas en los pasillos y preparar clases recuerda con gratitud los inicios del plantel que abrió hace 70 años con 115 estudiantes y tres religiosas.
Este año la escuela proyecta una matrícula de 130 estudiantes provenientes de 27 códigos postales y en su mayoría nacidos en hogares de origen hispano.
Laurie Senecal que también se estrena este año como directora de San Bernardo, dijo que “es emocionante comenzar este viaje juntas”, refiriéndose a las hermanas. “Ellas van a traer gran alegría a esta escuela y gran formación a nuestros estudiantes”.
GRATITUD Y COMUNIDAD
La directora destacó la “calurosa bienvenida” que la comunidad ha dado a las hermanas desde su llegada en el verano. A la Misa de bienvenida ofrecida por la parroquia, los padres de familia adicionaron un alegre convivio con música y comida.
“Estamos emocionados”, declaró Claudia Vásquez, madre de un alumno de séptimo grado. “Aunque los niños ya practican su fe en la escuela, siento que tener una religiosa como su maestra va a ser algo más provechoso y diferente a lo que otras escuelas les pueden aportar”.
A la hermana María de los Ángeles el cariño de la comunidad la ha sorprendido incluso por fuera de la escuela.
Uno de esos momentos sucedió en su primera visita a una tienda tras llegar del aeropuerto. Un pequeño se les acercó y les dijo que era estudiante del plantel y que comenzaría quinto grado.
“Fue muy bonito. Fue nuestro primer encuentro”.
Todo el cariño que ha recibido de la comunidad aumenta el optimismo de la hermana María de los Ángeles frente a su servicio que apenas comienza en Dallas.
“Va a ser algo muy lindo para nuestro apostolado”, dijo. “Si las familias están abiertas es más fácil trabajar así”, concluyó.
Violeta Rocha es colaboradora freelance de Revista Católica Dallas.